Entre el fervor y la distancia, los hinchas de River Plate enfrentan un viaje lleno de desafíos y emociones en su camino hacia el Mundial de Clubes. Seattle, la “ciudad esmeralda”, se convierte en el escenario inesperado donde el equipo dirigido por Marcelo Gallardo deberá demostrar su valía, pero no sin antes lidiar con la incomodidad que provoca la lejanía.
Un viaje a la distancia
La elección de Seattle como sede ha generado más que un simple malestar entre los seguidores del Millonario. Esta ciudad, situada al noroeste de Estados Unidos y cerca de la frontera con Canadá, se encuentra a más de 11.000 kilómetros de Argentina. A pesar de la belleza natural que la rodea, con su aire puro y amplios espacios verdes, muchos hinchas sienten que la distancia representa un obstáculo considerable. Facundo, un apasionado hincha que viajó desde Neuquén, comparte su experiencia: «Mi viaje tomó 28 horas, pero todo vale la pena para seguir a River adonde vaya».
Sin un vuelo directo desde Argentina, los hinchas deben hacer escalas en ciudades como Houston, Atlanta o Los Ángeles. La travesía se convierte en un verdadero desafío logístico, pero la pasión por el club se transforma en el motor que impulsa a estos fanáticos a cruzar continentes. La mayoría de ellos se sienten recompensados al llegar a Seattle, aunque el sacrificio y la duración del viaje son temas recurrentes en sus conversaciones.
Un entorno complicado
A medida que los hinchas se adaptan a la belleza de Seattle, también surgen preocupaciones sobre la política migratoria estadounidense, especialmente en el contexto del mandato de Donald Trump. Las restricciones y la vigilancia en los aeropuertos generan ansiedad entre quienes llegan a Estados Unidos, y algunos relatos de experiencias en migraciones reflejan esta realidad. Franco, un joven que viajó con su amigo Fabricio, comenta: «A mí me hicieron el trámite rápido, pero a Fabricio lo hicieron esperar y le preguntaron de todo. En un momento pensé que iba a ser deportado».
La diferencia en la experiencia migratoria entre los hinchas resalta la incertidumbre que enfrentan. Algunos, como Facundo, cuentan con antecedentes que facilitan su entrada al país, mientras que otros se sienten vulnerables ante un proceso que se ha vuelto más estricto. Esta situación provoca que algunos seguidores piensen dos veces antes de emprender el viaje, aunque la pasión por River siempre encuentra la manera de prevalecer.
Pese a las dificultades, la pasión sigue intacta
A pesar de los obstáculos que presentan el largo viaje y las tensiones en la frontera, el amor por el club siempre predomina. Gustavo Blanco y Pablo D’Elia, dos abogados de más de 50 años, decidieron darse el gusto de asistir a este evento, aunque solo por la fase de grupos. «Venir a Seattle es caro y no hay tantas atracciones como en Miami. Boca tuvo más suerte en ese sentido», dice Blanco, quien, a pesar de su pasaporte europeo, reconoce que los costos de viajar a Seattle son significativos.
La situación es clara: los hinchas de River están dispuestos a enfrentar cualquier inconveniente con tal de animar a su equipo. Aunque la posibilidad de disfrutar de una playa cálida en Miami está fuera de su alcance, los seguidores mantienen la esperanza de que su equipo avance en el torneo, lo que los llevaría a otras ciudades como Charlotte o Atlanta para los octavos de final.
Un futuro incierto pero lleno de esperanza
Con el inicio del Mundial de Clubes a la vuelta de la esquina, los hinchas de River Plate se preparan para vivir una experiencia inolvidable. A pesar de la distancia y las dificultades, la pasión por el fútbol es un hilo conductor que une a todos estos aficionados. La expectativa de ver a su equipo en acción es suficiente para hacer que cada sacrificio valga la pena.
Mientras se preparan para el partido contra Monterrey en Los Ángeles, los hinchas saben que sus corazones estarán siempre con el Millonario, sin importar la distancia que deban recorrer. Al final del día, el fútbol tiene la capacidad de unir a las personas y transformar cualquier adversidad en una historia digna de recordar. En Seattle, comenzará un nuevo capítulo en la historia de River Plate, y sus hinchas están listos para ser parte de él.