La reciente apertura de una investigación judicial en Barcelona ha sacudido el mundo del fútbol, especialmente entre los aficionados argentinos. Un grupo de destacados exfutbolistas, entre los que se encuentran nombres reconocidos como Lucas Ocampos, Alejandro “Papu” Gómez, Nicolás Pareja y Javier Saviola, se encuentra en el centro de un escándalo que involucra una supuesta estafa millonaria relacionada con criptomonedas y tokens no fungibles (NFT). Este episodio ha generado tanto preocupación como curiosidad, no solo por la magnitud de las acusaciones, sino también por las implicaciones que tiene en la reputación de los involucrados.
## Un escándalo de proporciones
La investigación, liderada por el juzgado de instrucción número 5 de Barcelona, ha sido impulsada por una querella presentada por 12 supuestas víctimas que acusan a estos futbolistas de ser los principales responsables de un fraude que podría ascender a más de tres millones de euros. Sin embargo, estudios preliminares de un perito experto en criptomonedas sugieren que el monto podría ser aún mayor, dado que el número de damnificados podría aumentar a miles.
De acuerdo con los informes, los exjugadores del Sevilla, donde compartieron vestuario durante varios años, estarían implicados en la venta de NFT a través de la sociedad española Shirtum Europa, S.L.U., así como con sus operaciones en Andorra. Este esquema supuestamente fraudulento ha dejado a los inversores sin la posibilidad de recuperar su dinero, lo que ha generado un clima de desconfianza y preocupación.
## La conexión entre los jugadores y los empresarios
Uno de los puntos más intrigantes de este caso es la relación personal entre algunos de los futbolistas involucrados y los empresarios denunciados. Por ejemplo, “Papu” Gómez es amigo cercano de David Rozencwaig, un empresario argentino que ha sido señalado como uno de los ideólogos detrás de Shirtum. Esta conexión ha facilitado la colaboración activa de los futbolistas, quienes, en teoría, habrían promovido la venta de los NFT sin tener conocimiento pleno de la naturaleza fraudulenta del negocio.
Además de los exjugadores, también están bajo la lupa los empresarios catalanes Manel Ángel Torras, su hijo Marc Alberto Torras y Manuel Morillas. Estos individuos enfrentan acusaciones que incluyen administración desleal, estafa, apropiación indebida y encubrimiento, lo que refleja la gravedad de la situación y el posible alcance de sus acciones.
## Un sistema de engaño bien estructurado
Según la querella, los empresarios habrían engañado a los inversores al no lanzar la aplicación tecnológica que prometían para comercializar los NFT de los futbolistas. En lugar de ello, habrían vendido activos falsos, bloqueados indefinidamente e imposibles de transferir, lo que les permitió desviar los fondos a fines personales. Esta serie de maniobras sugiere la existencia de una estructura societaria cuidadosamente diseñada, compuesta por sociedades mercantiles en España y Andorra, que tenía como objetivo evadir responsabilidades y eludir el pago de impuestos.
La falta de transparencia y la complejidad del esquema han hecho que muchos inversores se sientan atrapados, sin saber a dónde recurrir para recuperar su dinero. La situación es aún más alarmante dado que los NFT, que en teoría deberían garantizar la propiedad digital de activos únicos, se han convertido en un vehículo para el fraude en este caso particular.
## El auge de los NFT y su controversia
Los NFT han ganado popularidad en los últimos años, especialmente en el ámbito del arte y el entretenimiento. Se definen como certificados digitales únicos, registrados en una cadena de bloques, que permiten a los propietarios demostrar la autenticidad y la propiedad de un activo. Sin embargo, la falta de regulación en este campo ha suscitado muchas dudas y ha abierto la puerta a posibles abusos.
Este escándalo en particular pone de relieve la necesidad de una mayor vigilancia y regulación en el mundo de las criptomonedas y los activos digitales. A medida que la tecnología avanza, es imperativo que tanto los inversores como las instituciones encuentren un equilibrio entre la innovación y la protección de los consumidores.
## La perspectiva de los involucrados
Mientras la investigación avanza, Lucas Ocampos se encuentra en Estados Unidos, donde competirá en el Mundial de Clubes representando al Monterrey, un equipo mexicano. Esta situación añade una capa adicional de complejidad, ya que Ocampos y sus compañeros deben lidiar no solo con la presión del torneo, sino también con las repercusiones de las acusaciones que enfrentan.
El futuro de los exjugadores involucrados en este escándalo es incierto. A medida que se revelen más detalles, la opinión pública y los aficionados seguirán de cerca los acontecimientos, esperando respuestas y, sobre todo, justicia para aquellos que se sienten defraudados.
Este caso nos recuerda que, incluso en el mundo del deporte, donde la pasión y la admiración suelen dominar, también existen riesgos y desafíos que deben ser abordados con seriedad y responsabilidad. La combinación de fama y tecnología puede ser peligrosa si no se maneja adecuadamente, y este escándalo es un claro ejemplo de ello.