De qué trabajan los jugadores de Auckland City, el equipo neozelandés que será rival de Boca en el Mundial de Clubes

La gran cita del fútbol mundial se lleva a cabo en Estados Unidos, un evento que no solo se mide por la calidad de los equipos participantes, sino también por el despliegue de recursos y la magnitud del espectáculo. En este contexto, un equipo destaca por su singularidad: Auckland City. Mientras los demás clubes despliegan lujosos hoteles con seguridad privada, drones sobrevolando las prácticas y un sinfín de comodidades, los jugadores de Auckland City traen consigo una historia de sacrificio y amor por el fútbol que trasciende las fronteras del profesionalismo.

### Un equipo lleno de pasión

Auckland City es un club que ha cosechado múltiples títulos en Oceanía, pero lo hace con un plantel que se aleja del estereotipo de futbolista profesional. Los integrantes de este equipo son en su mayoría semiprofesionales que entrenan por las noches, después de cumplir con sus jornadas laborales. La diversidad de sus trabajos es notable; un jugador se dedica a manejar un toro mecánico en una fábrica, otro es asesor comercial en una empresa de herramientas, mientras que hay quienes se ganan la vida como agentes inmobiliarios o peluqueros. Para ellos, el fútbol no es solo un empleo, sino una pasión que los impulsa a salir del día a día y a competir al más alto nivel.

### Un entorno diferente

La Federación de Nueva Zelanda ha impuesto un límite salarial que refuerza el espíritu amateur en su liga: ningún jugador puede ganar más de 150 dólares neozelandeses a la semana, lo que equivale a unos 90 dólares estadounidenses. En este marco, Auckland City opta por no ofrecer compensaciones adicionales; aunque cubre los costos de vuelo y comida en los viajes, no proporciona beneficios como cuotas de gimnasio. Esta filosofía mantiene la esencia del club y, al mismo tiempo, plantea desafíos para sus jugadores, quienes deben equilibrar sus responsabilidades laborales con sus compromisos deportivos.

### Sacrificios en nombre del fútbol

Las dificultades se hacen más evidentes cuando llega el momento de participar en competiciones internacionales, como la Champions de Oceanía. En una reciente edición de este torneo, varios jugadores clave no pudieron asistir no por decisiones tácticas, sino porque no les otorgaron permisos en sus trabajos. Este tipo de situaciones refleja las limitaciones que enfrentan los jugadores de Auckland City. Algunos optaron por conservar sus días de vacaciones para poder estar presentes en el Mundial de Clubes, lo que refleja la prioridad que le dan al fútbol, incluso por encima de sus empleos.

### Un enfoque inusual del entrenamiento

Durante la temporada, Auckland City entrena cuatro veces a la semana, siempre en horarios nocturnos. Los lunes se convierten en jornadas especialmente difíciles, donde los jugadores llegan al club con sus uniformes de trabajo, a menudo manchados de pintura o grasa. Sin embargo, cuando tienen la oportunidad de entrenar por la mañana durante el torneo, aprovechan para descansar mejor, alimentarse adecuadamente y disfrutar de la camaradería que el fútbol puede ofrecer. Esto les proporciona un respiro en sus intensas rutinas, aunque sea por un breve período.

### Un legado que trasciende

El capitán Mario Illich y otros jugadores, como el delantero Angus Kilkolly, trabajan en compañías que no los reconocen por sus hazañas deportivas. Sus empleos en Coca-Cola o en el sector de la construcción no les otorgan notoriedad, pero la experiencia del Mundial de Clubes les brinda una plataforma para mostrar su esfuerzo y dedicación en el deporte que aman. A pesar de las goleadas sufridas ante clubes multimillonarios como Bayern Múnich y Benfica, los jugadores de Auckland City no se desaniman. Ellos saben que su participación en el torneo no solo representa una oportunidad única, sino que también les permite dejar una huella en la historia del fútbol.

### El encuentro con Boca Juniors

El próximo partido ante Boca Juniors se presenta como una despedida del Mundial, un momento que trasciende cualquier tipo de recompensa económica. Para Auckland City, este encuentro es una necesidad más que una ilusión; es su oportunidad de mostrar al mundo su valentía y pasión por el fútbol. Aunque no hay millones en juego, el simple hecho de competir en este escenario es un triunfo en sí mismo. Estos jugadores regresarán a sus trabajos tras el torneo, pero llevarán consigo una historia que vale más que cualquier salario, una narrativa que habla de amor por el deporte, sacrificio y determinación.

### Conclusión

La historia de Auckland City es una poderosa lección sobre el verdadero significado del fútbol. En un mundo donde el espectáculo y el dinero parecen dominar, este club nos recuerda que la pasión, la dedicación y el amor por el juego son los valores que realmente importan. Al final, estos jugadores no solo son parte de un torneo; son embajadores de un fútbol que, a pesar de las dificultades, sigue siendo un sueño hecho realidad. En el corazón de cada uno de ellos late la esencia de un deporte que une a las personas, sin importar su procedencia o su situación económica.

Deja un comentario